El mundo de la literatura celebra este 4 de julio el Día Mundial del Ebook o Libro Electrónico. En esta jornada se conmemora un momento trascendental de la historia de la lectura: la creación del primer libro digital, un hito que marcó un antes y un después en la forma en que accedemos y disfrutamos de los libros.
¿Quién creó el ebook o libro electrónico?
La historia de los ebooks nos remonta al año 1971, cuando Michael Hart, un estudiante de 24 años de la Universidad de Illinois, se encontraba experimentando con el sistema informático de la institución. Con motivo del Día de la Independencia de los Estados Unidos, que también se celebra el 4 de julio, Hart tuvo la idea de digitalizar una copia de la Declaración de la Independencia, que había conseguido aquel día.
Pero como se trataba de un documento muy extenso, no tuvo más remedio que transformarlo en un formato digital independiente para que pudiera ser descargado de manera individual, lo cual dio origen a lo que se considera el primer ebook o libro electrónico de la historia.

El futuro de la lectura en la era digital
A la par de los avances tecnológicos de las últimas décadas, el auge del ebook provocó un debate sobre el futuro de la lectura y la relación entre los libros digitales y los tradicionales. En Nadie acabará con los libros, una obra que reúne entrevistas realizadas por Jean-Philippe de Tonnac al guionista Jean-Claude Carrière y al sociólogo Umberto Eco, este último reflexiona sobre las ventajas y desventajas de los ebooks.
Eco destaca la capacidad de los ebooks para almacenar grandes cantidades de información en dispositivos pequeños, pero a la vez, menciona la rápida obsolescencia de los dispositivos digitales como una de sus principales desventajas. A pesar de estas inquietudes, Eco afirma que «el libro es como la cuchara, el martillo, la rueda y las tijeras», herramientas que, una vez inventadas, no pueden ser mejoradas. Ricardo Piglia, escritor y crítico literario argentino, coincide con esta idea y propone enfocarse en la esencia de la lectura en sí misma, más allá del soporte físico.
En una conversación en la Universidad Nacional de Córdoba, Piglia, autor de obras como Respiración artificial y La ciudad ausente, sostiene que la lectura no cambió sustancialmente en los últimos siglos, ya que sigue consistiendo en la asimilación de signos que se suceden uno tras otro. «Quizás el formato no sea necesariamente el del libro», indica Piglia, quien resalta la importancia de la relación profunda que se establece entre el lector y el texto.
FUENTE: urgente24.com