Gracias a los avances científicos y tecnológicos de las últimas décadas, la esperanza de vida sigue en aumento. En 2022, y ya con el bache de la pandemia superado, la esperanza de vida en España se encontraba en 83,1 años.
Varios estudios demuestran que los hábitos saludables, como una dieta equilibrada, caminar cada día o, incluso mantener una salud mental estable, son factores relacionados con la longevidad.
Por ello, el umbral de los 90 años cada vez resulta más fácil de alcanzar. El respetado científico y oncólogo Silvio Garattini, de 96 años, es conocido por su conocimiento en el ámbito de la longevidad y la vitalidad.
Vivir bien
Recientemente, el científico participó en una charla en el auditorio de Santa Giulia (Brescia, Italia), como relata el medio ‘Corriere della Sera’, en la que la temática del encuentro -titulado ‘Se puede vivir bien y durante mucho tiempo’- era precisamente la longevidad.
Garattini siempre ha sido un gran defensor de los hábitos saludables y, también, muy crítico con los perniciosos, como el tabaco o el alcohol. Por ello, es un convencido de que los buenos hábitos son determinantes en la esperanza de vida de una persona.
La importancia del ejercicio físico
Según el científico, hacer actividad física es clave: «Trato de caminar al menos 5 kilómetros al día, y a nivel anual trato de mantener ese objetivo». Además, detalla que es necesario moverse a un buen ritmo, pues al caminar estas distancias «tiene que haber algo de esfuerzo, que se traduzca en respirar con dificultad y un aumento de la frecuencia cardiaca».
Otro detalle importante que sostiene Garattini es que no se debe realizar deporte en exceso, pues lo adecuado son entre 150 y 300 minutos de actividad física a la semana. “Lo que se haga por encima de eso no aporta beneficios adicionales”, comenta el científico italiano.
Una dieta variada y moderada
Mantener una dieta adecuada es otro de los hábitos saludables que no pueden faltar para tener una esperanza de vida más alta. El especialista asegura que se debe seguir la pirámide alimentaria, priorizando la fruta y la verdura.
Aunque también defiende que se debe comer variado, pues «en una dieta vegetariana se comen proteínas animales procedentes de huevos, queso e incluso de pescado. Los veganos, en cambio, corren riesgos: sabemos que viven menos, tienen más fracturas óseas y tienen que tomar vitamina B12, que puede ser un factor de riesgo de tumores», asegura.
Garattini también sostiene que la moderación es clave: “Como decían nuestros mayores: hay que levantarse de la mesa con un poco de hambre. Las investigaciones han demostrado que reducir la ingesta de alimentos en un 30% aumenta la esperanza de vida en un 20%. Comer poco es un factor de longevidad”.
Por Max Pérez
Fuente elperiodico.com