Se llama Emma Navarro, tiene 23 años y es la nueva sensación del tenis global. Primero, eliminó a Naomi Osaka, la que fuera número uno del mundo y ganadora del US Open o el Abierto de Australia. Después, fue el turno de la gran estrella del tenis Coco Gauff. Y aunque Jasmine Paolini la eliminó en cuartos de final, este año Wimbledon ha visto nacer a una estrella.
Pero como la otra estrella emergente del tenis estadounidense Jessica Pegula, hija del magnate del petróleo y los deportes Terry Pegula, Navarro ha acaparado casi más titulares por sus orígenes familiares y la fortuna que un día heredará que por su notable rendimiento en la pista de tenis.
Hijo del legendario entrenador de fútbol americano Frank Navarro, su padre, Ben Navarro, es un exitoso hombre de negocios y filántropo cuya fortuna se estima en 1.500 millones de dólares y cuyas empresas generan más de 450 millones de beneficios netos anuales.
Una fortuna familiar de 1.500 millones de dólares
Antiguo vicepresidente del grupo Citigroup, Navarro es ahora el propietario de la entidad especializada en préstamos rápidos y tarjetas de crédito Credit One Bank, pero también es un avispado inversor inmobiliario que en los últimos años ha comprado decenas de propiedades en Charleston, la ciudad donde residen, por valor de 350 millones de dólares. «Es probablemente el hombre más inteligente que conozco y nos ha transmitido muchos conocimientos y sabiduría a mis hermanos y a mí a lo largo de los años», ha explicado su hija de él.
Navarro empezó a jugar al tenis con nueve años y pronto se estaba levantando a las 5.30 de la mañana para entrenar antes de ir al colegio. Después, en su etapa universitaria, ganó la competición individual de la NCAA representando a la Universidad de Virginia y empezó a plantearse seriamente una carrera profesional.
Sobra decir que nunca le faltaron los mejores entrenadores. De hecho, su padre, un gran aficionado al tenis, compró el club donde entrenaba y es dueño de varias competiciones deportivas como el Charleston Open, el torneo de tenis femenino más antiguo de Estado Unidos y el primero que disputó su hija como profesional, o el Cincinnati’s Western & Southern Open.
De Wimbledon a los Juegos Olímpicos de París
Desde entonces, ha alcanzado la tercera ronda del Open de Australia, la cuarta de Roland Garros y en enero ganó su primer torneo individual de la WTA. Así, hasta escalar al puesto número 17 del circuito profesional femenino. En 2023, ocupaba el puesto 149.
Además de Fila, la marca deportiva que la patrocina, Navarro tiene otro poderoso sponsor en Credit One Bank, el banco que dirige padre. Pero la tenista también ha empezado a generar sus propios beneficios. Solo en 2024, ha ingresado más de un millón de dólares gracias, exclusivamente, a sus victorias en la pista.
Y, a juzgar por su buen estado de forma y su calendario más inmediato, esto no ha hecho más que empezar. La tenista ha sido seleccionada por Estados Unidos para formar parte del equipo nacional y competirá en los Juegos Olímpicos de París, que comienzan el próximo 26 de julio.
Por: Ixone Díaz Landaluce. Redactora en Mujerhoy donde escribe reportajes de actualidad, liderazgo, ciencia y tendencias y ha entrevistado desde estrellas de cine hasta astronautas o premios Nobel. En su vida anterior, fue periodista en Hollywood y ha colaborado con medios como XLSemanal, Vanity Fair y Hoy Corazón. También coordina el programa de Santander WomenNOW, el congreso sobre liderazgo femenino más relevante de Europa, que organiza Vocento.
