Felipe Menéndez es un hacedor, un jugador de la industria vitivinícola de hace mucho tiempo, trabajó muchos años con Nicolás Catena Zapata, pero ante todo es un apasionado llevando adelante una de las bodegas emplazada sobre el Valle Azul y de las más interesantes del país, su nombre: Ribera del Cuarzo.

Felipe, me gustaría que nos ubiques en tiempo y espacio, ¿Dónde está Valle Azul?
Valle Azul está a la margen sur de Río Negro dentro del «Alto Valle» de la Provincia de Río Negro, y el Valle es particular porque en lugar de ser un Valle entre montañas, está encajado entre las paredes de un río que estuvo ahí hace millones de años. Todo ese cruce de millones de años, es lo que es hoy el Valle, por el centro corre el río Negro que es el más grande de la Patagonia, pero esas paredes que vos ves cuando estás en la parte baja del Valle, que parecen montañas cortadas a cuchillo, eran las paredes de ese río, hoy en día las llamamos bardas.
Ahí hubo un glaciar, el glaciar hundió su peso en la tierra, luego se transformó en ese gran río y finalmente hoy tenemos ese Valle, que transforma todo en verde y fértil a sus anchas. Cuando uno se aleja a determinada distancia del río se empieza a ver que cambia completamente el paisaje y aparece lo que llamamos la estepa patagónica, que es árida y seca.
Este valle es único en el mundo, no hay otro lugar que reúna una condicion tan distinta en un territorio tan acotado, porque el Valle de Rio Negro no alcanza los 30 km de ancho.

Felipe contanos, ¿Te hiciste con Catena Zapata en el vino?
Así es, arranqué mi carrera cumpliendo los 18 años.
El haber estado en Mendoza y salir de ese epicentro, hacer tu historia, crear lo que es hoy Ribera del Cuarzo. ¿Por qué no haberlo hecho en Mendoza con mucha más comodidad, con muchas menos dificultades? Porque sabemos que encontrar a los enólogos, la gente, los insumos, es mucho más fácil si estás en Mendoza.
Sí, es así, pero uno a lo largo del andar va descubriendo por dónde seguir y a mí naturalmente me llevó a la Patagonia. Yo tengo la idea de que somos un país muy joven, nos perdemos en estas tristezas de que en Argentina todavía vemos que estamos bien o estamos mal, somos un país de sólo 200 años. Nosotros todavía estamos construyendo nuestro país, y no nos tenemos que olvidar nunca de eso.
La Patagonia es una región que en los próximos 100 años no va a parar de mostrar nuevos proyectos o nuevas caras porque tenemos un territorio de más de 2000 km de largo con más de 600 km de ancho, que para el vino es un vergel productivo, porque tenemos el frío, los vientos, un clima extremo pero espectacular. Y para mí es la mejor manera de resumir esa combinación de factores que te permiten hacer un buen vino. Es la palabra energía, que es la combinación de la luz, la temperatura, el viento, la composición física de los suelos. Patagonia es una energía maravillosa para el vino.
¿Estás pensando en encarar un proyecto vitivinícola en Tierra del Fuego?
Sí, nosotros hicimos una etapa exploratoria en la Patagonia que duro más de 10 años, en la cual hicimos viajes sin parar, rastrillándola de norte a sur y de este a oeste al máximo posible para encontrar lugares donde queríamos elaborar. Valle Azul fue al primero al que llegamos, y el primero en el que decidimos ponerle nuestro tiempo y trabajo.
Hay otros lugares que nos resultan muy atractivos, pero tenemos que ir despacio porque hoy no hay una ayuda financiera para producir nuevas cosas en Argentina. Nuestro próximo proyecto es en Tierra del Fuego.
¿Ese proyecto es posible?
Sí, es posible. Nosotros tomamos la confianza de la experiencia que tienen en Canadá por ejemplo, lugares con climas extremos, y elaboran y hacen vinos muy ricos y muy particulares de ese clima tan frio. Nosotros trabajamos en un campo que es contiguo al mar, con el mar cerca, con el clima de Tierra del Fuego que puede llegar a -13 grados.
¿Ya pensaron qué variedades van a plantar?
Sí, vamos a poner Riesling y Pinot Noir. Estuvimos en España elaborando la garnacha blanca, pero la llevaríamos más al norte de Patagonia.
Volviendo a Ribera del Cuarzo, al Valle azul, probaste una botella de esta bodega cuando era de la Condesa Cinzano, ¿Cómo fue la historia?
Podríamos decir que esa botella fue la que nos llevó al Valle por primera vez. Fue en el 2008, estábamos trabajando y probando vinos nuevos que aparecían. Llegó esa botella que elaboraba Noemi Cinzano, en Patagonia, en el medio de una prueba de vinos, estábamos probando cosas nuevas que aparecían, y este vino nos gustó a todos muchísimo, porque era un vino que tenía mucha potencia, tenía un color muy lindo y al mismo tiempo era fresco y lo definimos como exótico, por esos contrastes que tenía. Cuando terminamos esa prueba de vino, el que había traído la botella dijo: «Esto viene de un lugar en la Patagonia, es una italiana que plantó un viñedo en un lugar que parece que es muy raro». Eso nos animó a hacer un primer viaje puntualmente a ver este lugar y descubrimos que había un viñedo que se salía de la cancha, porque la cancha productiva de Rio Negro es a las orillas del río, por la razón de que ahí tenés el agua, levantas una compuerta e inundás tu chacra y a costo 0 le metes el agua y transformás a productivo ese campo, y esta italiana en vez de plantar al costado del rio, decidió plantar en la parte alta del Valle, como al pie de esa montaña chata que son las bardas. Y ahí arriba no hay agua, y ella como buena romana le mando un acueducto, llevando el agua desde el río hasta allá arriba y lo transformó en productivo.
El proyecto se tornaba imposible, por el trabajo de llevar el agua de abajo hacia arriba, un gasto enorme de energía eléctrica. ¿Cómo lo resolviste?
Al principio nos resultaba imposible porque económicamente nos representaba un problema. En un momento nos empezó a llegar las cuentas de energía cada vez más altas. En una conversación interna nuestra, prácticamente decidimos en pensar en abandonar porque no era sustentable económicamente. Y una exploración por este problema, del costo tan alto, nos llevó a conocer a Facundo, un baquiano de la zona. Él nos dio el dato, en una conversación que terminó siendo la luz para poder seguir ahí, “donde ustedes están hay agua y oro”, “Vos busca el agua, porque hay ríos subterráneos” nos dijo. Un tipo que nos ha ayudado a resolver cosas más difíciles. Nosotros encontramos finalmente esos ríos subterráneos, que salen directamente de donde esta plantado el viñedo.
*Entrevista en Saber Salir Weekend | Domingos de 14 a 15hs en Fm Milenium.