Durante la próxima década, Elon Musk podría convertirse en el primer billonario del mundo. La junta directiva de Tesla propuso recientemente un plan de compensación de 1 billón de dólares estadounidenses (1,5 billones de dólares australianos) si Musk logra cumplir una serie de ambiciosos objetivos de crecimiento .
Los salarios corporativos australianos no alcanzan esa escala. Sin embargo, incluso aquí, el viernes se informó que la directora ejecutiva saliente de Virgin, Jayne Hrdlicka, recibirá casi 50 millones de dólares en acciones y otros beneficios en efectivo al dejar su puesto.
Una investigación realizada en Estados Unidos sugiere que la gente piensa que el CEO promedio gana diez veces más que el trabajador promedio, y preferiría que fuera sólo cinco veces más.
De hecho, se ha estimado que la brecha real en Estados Unidos durante la última década significa que los directores ejecutivos ganan entre 265 y 300 veces más que el trabajador promedio de ese país.
Los australianos creen que los directores ejecutivos ganan siete veces más que el trabajador promedio y preferirían que fuera sólo tres veces más.
Pero la brecha real aquí también es mucho mayor. Un estudio a largo plazo reveló que los directores ejecutivos de las 100 principales empresas australianas ganaron 55 veces más el año fiscal pasado que los trabajadores promedio.
Entonces ¿cuánto dinero es suficiente?
La gente se ha hecho esta pregunta durante miles de años. El filósofo griego Aristóteles explicó la idea de la eudaimonía, o una hoja de ruta para vivir bien, diciendo:
Pertenece más a quienes han cultivado su carácter y su mente hasta el máximo, y han mantenido la adquisición de bienes externos dentro de límites moderados, que a quienes han logrado adquirir más bienes externos de los que pueden usar y carecen de bienes del alma.
La filosofía de Aristóteles no nos llama a evitar el dinero o la riqueza por completo, pero sostiene que no deberían convertirse en el único foco de la vida.
Las investigaciones realizadas en las últimas décadas han llegado a diferentes conclusiones sobre cuánto dinero se necesita para alcanzar el máximo bienestar.
Un estudio estadounidense de 2010 sugirió que el bienestar alcanza un máximo de unos 75.000 dólares estadounidenses. Naturalmente, esta cifra debe incrementarse hoy en día para tener en cuenta la inflación, que, si los resultados de la investigación siguen vigentes, rondaría los 111.000 dólares actuales. También habría que tener en cuenta el coste de la vida en la zona.
Otros hallazgos sugieren que el bienestar puede aumentar continuamente con el crecimiento de la riqueza, pero el aumento del bienestar de 1 millón a 10 millones de dólares es probablemente menor que cuando alguien pasa de la pobreza a la clase media.
Un experimento de 2022 estudió a 200 personas de Brasil, Indonesia, Kenia, Australia, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido a quienes se les dio aleatoriamente 10.000 dólares estadounidenses (15.000 dólares australianos al tipo de cambio actual).
Se descubrió que las personas en países de bajos ingresos «mostraron un aumento de felicidad tres veces mayor que en países de altos ingresos», incluyendo Australia. Sin embargo, ese dinero aún proporcionaba beneficios detectables para personas con ingresos familiares de hasta US$123.000 (aproximadamente A$184.000 actuales).
Sorprendentemente, las personas que participaron en ese experimento (explicado a partir del minuto 4:42 del video a continuación) donaron más de dos tercios de ese dinero a familiares, amigos, desconocidos y organizaciones benéficas.
Valorar el tiempo y las relaciones
Décadas de investigación internacional han demostrado consistentemente que los objetivos materialistas (adquirir riqueza y posesiones por razones asociadas con la imagen y el estatus) socavan el bienestar.
Esto se debe a que el afán materialista a menudo surge de una baja autoestima o de una tendencia a compararse negativamente con los demás, y siempre hay alguien más con quien compararse.
Las personas pueden quedar atrapadas en la “ cinta de correr hedónica ”, donde se acostumbran a su nuevo nivel de riqueza y a los lujos que éste les proporciona y luego necesitan más para sentirse felices.
También se debe a que el trabajo necesario para adquirir esa riqueza puede significar menos tiempo para concentrarse en los pasatiempos y con los seres queridos.
Una investigación de Harvard que siguió a dos generaciones de hombres y sus hijos a lo largo de sus vidas, desde 1938, muestra que las relaciones profundas y significativas con los demás son clave para el bienestar mental y físico.
El psicólogo estadounidense Abraham Maslow desarrolló una “jerarquía” de las “necesidades” de las personas en 1943. Esta sugería que la “autorrealización” (alcanzar la cima del crecimiento personal) comienza por tener suficiente dinero para cubrir los aspectos básicos de alimentación, alojamiento y acceso a las oportunidades necesarias para crecer como persona.
En consonancia con esto, las investigaciones han demostrado que la “ abundancia de tiempo ” (maximizar el tiempo libre pagando a personas para que hagan cosas que uno no quiere hacer) y las “ compras experienciales ” (por ejemplo, salir a comer con seres queridos, irse de vacaciones) pueden favorecer el bienestar al ayudar a las personas a desarrollar nuevas habilidades, construir relaciones y crear recuerdos para toda la vida.
A la mayoría de nosotros nos interesa cerrar la brecha de la riqueza.
Datos recientes muestran que la desigualdad económica en Australia está aumentando. Esto afecta especialmente a los jóvenes australianos, ya que la vivienda se vuelve menos asequible.
A un nivel social más amplio, investigaciones del Reino Unido indican que, a medida que aumenta la desigualdad, las consecuencias sociales empeoran. Entre ellas se incluyen el aumento de la delincuencia, el abuso de drogas y alcohol, la obesidad, ya que las personas tienen dificultades para acceder a alimentos nutritivos, y la reducción de la confianza social.
¿Qué porcentaje de la riqueza crees que posee el 20% más rico de los australianos? Y en tu Australia ideal, ¿cuánta riqueza debería poseer ese 20%?
Los datos más recientes que tenemos de la Oficina de Estadísticas, de 2019-20 , mostraron que el 20% más rico de los australianos poseía alrededor del 62% de nuestra riqueza.
A medida que la desigualdad empeora, la evidencia sugiere que conducirá a problemas sociales que amenazan con socavar el bienestar de toda la comunidad.
La ironía es que quienes buscan la riqueza extrema y se benefician más de esta desigualdad no necesariamente serán más felices o se sentirán más realizados por ello.
Por Brad Elphinstone. Profesor de psicología, Universidad Tecnológica de Swinburne | theconversation.com
