La pesca artesanal de la centolla en Comodoro Rivadavia: la historia de Lucas Salas
La pesca artesanal de la centolla en Comodoro Rivadavia tiene una tradición que ha pasado de generación en generación. Para Lucas Salas, un pescador de Caleta Córdova, este oficio no es solo su medio de vida, sino su vida misma. Desde su infancia, el mar ha sido su hogar, y con el tiempo ha aprendido a respetarlo y comprenderlo, siempre con la guía de su padre, quien le enseñó los secretos de la pesca con bote y red.
Salas comenzó a pescar a los 12 años, pilotando su propia embarcación, y con la mayoría de edad obtuvo su libreta de embarque, lo que le permitió ampliar sus conocimientos sobre diferentes técnicas de pesca. Sin embargo, su pasión por la centolla patagónica, uno de los crustáceos más codiciados de la región, se mantuvo siempre presente en su vida, y es en esta especie en particular donde se centra su actividad.

El mar como fuente de vida
Para Lucas, el mar no es solo un trabajo; es un medio de vida que ha conocido desde siempre. A pesar de las dificultades que enfrentan los pescadores artesanales, como la competencia con la pesca industrial, nunca consideró alejarse de la actividad. Aunque ha trabajado en otros oficios para sobrevivir, su amor por la pesca ha prevalecido por encima de todo. La centolla, esa joya roja de los mares australes, es su principal objetivo, y cada captura es un reflejo del respeto que siente por el mar.
El proceso de pesca comienza a primera hora de la mañana, cuando Salas y otros pescadores locales se adentran en el mar para retirar las trampas que han colocado en la noche anterior. Tras la captura, las centollas se llevan al puerto, donde se procede a la cocción, limpieza y embandejado. Luego, el producto se distribuye entre familias, restaurantes y mercados nacionales. Para Salas, la pesca artesanal es sustentable porque asegura la preservación del recurso, algo que considera fundamental en la lucha contra la pesca industrial, que con su escala masiva pone en peligro la biodiversidad marina.

La centolla patagónica: un tesoro del mar
La centolla patagónica (Lithodes santolla) es conocida por su carne tierna y sabrosa, que convirtió este crustáceo en un manjar exclusivo de la región. Aunque históricamente se la asocia con Ushuaia, en Comodoro Rivadavia la pesca de la centolla también tiene una rica tradición, aunque con un enfoque más reciente en técnicas sostenibles. Es fundamental para los pescadores como Salas capturar solo los machos de más de 11 cm de caparazón, de modo que se preserve el ciclo reproductivo de la especie.
El avance de la pesca industrial es una preocupación constante para los pescadores artesanales. En este sentido, Salas destaca que, recién en el último año, obtuvo la autorización oficial que le permite operar con mayor seguridad. Esta autorización es clave para evitar que sus trampas sean removidas por embarcaciones de gran escala, que operan sin las restricciones necesarias. Aunque esto es un paso importante, Salas subraya que aún queda mucho por hacer para proteger la pesca artesanal y asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

La tradición en la mesa y el futuro de la pesca artesanal
Lucas Salas también busca promover la centolla más allá de su captura, a través de su participación en el ámbito gastronómico local. En su comunidad impulsa la creación de recetas como ensaladas, empanadas y albóndigas con este delicioso marisco, aunque la centolla entera sigue siendo la más apreciada por los consumidores. Este año, participará en el “Festín de Sabores”, evento en el que presentará la pesca artesanal de centolla y ofrecerá degustaciones para que más personas puedan disfrutar de este manjar patagónico.
A pesar de los desafíos, Lucas Salas es optimista respecto al futuro de la pesca artesanal de la centolla en Comodoro Rivadavia. Cree firmemente que, siempre y cuando se mantengan las prácticas sustentables y se protejan los recursos marinos, la pesca artesanal tiene un futuro prometedor. Además, subraya la necesidad de que las nuevas generaciones se capaciten, obtengan su libreta de embarque y, sobre todo, respeten el mar. Para él, la pesca artesanal no solo es una forma de vida, sino una forma de preservar un legado y un recurso natural invaluable para las futuras generaciones.

En este contexto, Salas también destaca la importancia de un mayor apoyo gubernamental y de generar conciencia sobre las dificultades que atraviesan los pescadores artesanales en Argentina. La pesca artesanal no es solo un oficio, sino una manera de vivir en armonía con el mar, y es vital que la comunidad y las autoridades reconozcan y protejan esta tradición.
La pesca artesanal de la centolla en Comodoro Rivadavia es más que una actividad económica. Es una historia de tradición, respeto por el mar y lucha por la sustentabilidad. Y, en medio de todo esto, figuras como la de Lucas Salas son esenciales para mantener viva esta herencia que conecta al ser humano con la naturaleza.
Por: Luis Lahitte



