1. Stift Klosterneuburg – Austria (fundado en 1114)
Considerada la bodega en funcionamiento más antigua del mundo occidental, Stift Klosterneuburg pertenece a un monasterio agustino a orillas del Danubio. Fundada en 1114, produce vino ininterrumpidamente desde entonces. Su viñedo de 108 hectáreas está gestionado hoy con tecnología de punta y prácticas sostenibles. La variedad Grüner Veltliner es su estrella.

2. Schloss Johannisberg – Rheingau, Alemania (desde el año 817)
En este histórico castillo alemán se plantaron viñas ya en el año 817, bajo el Imperio Carolingio. Es el lugar donde se inventó el riesling spätlese (vendimia tardía), por accidente, en 1775. Desde entonces, Schloss Johannisberg ha sido sinónimo de excelencia en vinos blancos alemanes. Su viñedo único, de 50 hectáreas, está completamente plantado con Riesling.

3. Château de Goulaine – Valle del Loira, Francia (siglo XI)
Propiedad de la misma familia durante más de mil años, el Château de Goulaine no solo es uno de los viñedos más antiguos del mundo, sino también uno de los castillos vitivinícolas más longevos en manos privadas. Se encuentra en el corazón del Valle del Loira y produce Muscadet, entre otros blancos y espumosos. Su historia combina nobleza, vino y mariposas —sí, también alberga un museo de lepidópteros.

4. Côteaux de l’Ardèche – Francia (con viñas de más de 400 años)
En esta región menos conocida del sur de Francia se encuentran algunas de las viñas más viejas aún en producción, plantadas a mano hace más de cuatro siglos. Si bien no pertenecen a una sola bodega o château, varias parcelas antiguas se mantienen activas gracias a viticultores locales que priorizan métodos tradicionales y mínima intervención.

5. Maribor Old Vine – Eslovenia (viña plantada hace más de 400 años)
Aunque no es un viñedo extenso, la “Old Vine” de Maribor tiene un récord Guinness: es la vid más antigua del mundo aún en producción, plantada hace más de 400 años, en plena Edad Moderna. Se trata de una cepa de Žametovka (uva tinta local), ubicada en el centro de Maribor, que aún produce alrededor de 35–55 kg de uva al año. Su vino es ceremonial, embotellado en miniaturas y reservado para personalidades ilustres.

Historia viva en cada copa
Estos viñedos son mucho más que producción: son memoria, resistencia y cultura embotellada. Mientras las tendencias cambian y el mercado se reinventa, ellos permanecen. Y cada cosecha no solo cuenta una historia de terroir, sino también una lección de tiempo.