El nuevo lujo ya no se mide en metros de eslora ni en villas junto al mar, sino en hectáreas de viñedo. Según un informe de Engel & Völkers Private Office, la élite internacional está apostando por un activo que combina la vida rural con la posibilidad de obtener rentabilidad: las bodegas privadas. No se trata solo de tener una segunda residencia en el campo, sino de disfrutar de la experiencia completa de producir vino propio en un entorno idílico.
“Algunos compradores buscan bodegas con un enfoque meramente comercial, mientras que otros quieren cumplir el sueño de crear su propio vino”, explica Stuart Siegel, director global de Engel & Völkers Private Office. “En ambos casos, se trata de inversiones que reflejan un estilo de vida refinado y un vínculo emocional con la tierra”.
De esta tendencia, que crece con fuerza en destinos como el Valle de Napa (California), la Toscana o el Piamonte, nosotros sabemos bastante en España, donde nombres como Carlos Falcó o Alfonso Cortina fueron precursores de este fenómeno al transformar su pasión en proyectos vitivinícolas de prestigio. Las fincas Pago de Vallegarcía o Dominio de Valdepusa demostraron que un vino de autor podía convivir con el lujo discreto de una vida entre cepas.
Entre las fincas con bodega privada que tiene en cartera esta agencia se encuentran algunas de las propiedades más exclusivas del mercado internacional, auténticas joyas que combinan el encanto del paisaje vitivinícola con la arquitectura más sofisticada.

Bodega en el Valle de Napa (California)
En el corazón del condado de Sonoma se encuentra una de las propiedades más emblemáticas a la venta: una histórica bodega de 47 hectáreas que incluye una residencia principal de 465 metros cuadrados. La vivienda, distribuida en cuatro dormitorios y cuatro baños, cuenta con amplias zonas de salón y comedor, además de una cocina gourmet pensada para grandes reuniones. Los terrenos, cuidadosamente mantenidos, albergan viñedos en producción, terrazas panorámicas, piscina, zonas de descanso y un espacio dedicado a la cata de vinos. El precio de salida es de 50 millones de dólares (unos 43 millones de euros).

Encanto toscano en la región del Chianti
En el corazón de Italia, Engel & Völkers Siena ofrece una finca que captura la esencia del Mediterráneo. Con una parcela de 36.000 metros cuadrados y una residencia de 900 metros cuadrados, esta propiedad combina tradición y diseño moderno. Dispone de nueve dormitorios y siete baños, amplias zonas de estar y recepción, materiales nobles y abundante luz natural. Los jardines paisajísticos y las terrazas panorámicas completan una vivienda que representa la elegancia italiana por excelencia. Su precio: 4 millones de euros.

Viñedos privados en Mallorca
En España, la firma tiene a la venta esta exclusiva casa de campo en Biniali (Mallorca), que forma parte de un innovador proyecto que ha transformado los tradicionales almendros en viñedos. Esta propiedad, integrada en la finca de 30 hectáreas que rodea la bodega ‘Binivista’, cuenta con 475 metros cuadrados habitables en una parcela de 23.000 metros cuadrados. Tiene cuatro dormitorios con baños en suite, una cocina de diseño, suelos de piedra natural y grandes ventanales con vistas al viñedo. En el exterior, 3.500 metros cuadrados de terrazas, jardín privado y piscina de agua salada completan la propuesta. Precio: 4,3 millones de euros.

Lujo mediterráneo en Porto Heli (Grecia)
La costa griega también se suma a esta tendencia con una finca única en Porto Heli, a la venta por 1,9 millones de euros. La propiedad incluye cuatro villas independientes de estilo toscano en una finca de 18.000 metros cuadrados, con un total de diez dormitorios y doce baños. Cada residencia ofrece privacidad y amplios espacios comunes, con una arquitectura que mezcla la elegancia clásica con un diseño contemporáneo pensado para la vida social y el descanso.
Todas estas propiedades comparten un denominador común: la búsqueda del lujo emocional. “Son inversiones que no solo aportan rentabilidad, sino que representan una forma de vida en conexión con la tierra y la tradición”, concluye Siegel.
Por Juan R. V.
Fuente vanitatis.elconfidencial.com



