Peñaflor extiende sus viñedos y bodegas desde el Norte Argentino, pasando por Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, hasta la provincia de Buenos Aires. En el 2009 plantó bandera en Chapadmalal con Trapiche Costa y Pampa, marcando un antes y un después para el vino bonaerense.
S.S ¿Cuántas hectáreas tiene actualmente el grupo de viñedos?
MB. “En total, unas 3.500 hectáreas de viñedos propios y unas 12.000 hectáreas con productores que trabajamos todo el año, distribuidos en toda la Argentina. En la Rioja también tenemos en todos los valles, especialmente la zona de Chañarmuyo. Uno habla que generalmente toda la atención se la lleva Valle de Uco y sus indicaciones geográficas, pero Argentina tiene unos valles hermosos y una diversidad increíble”.

S.S ¿Cómo ves hoy por hoy la viticultura argentina en general?
MB. “La viticultura argentina y mundial está pasando por una crisis de sobreproducción. Hay generación de stock y una disminución de vino en el mundo. El consumidor va cambiando, se va sedimentando y eso aparejado que esté pasando por alguna crisis. En la Argentina se va convirtiendo la viticultura. Obviamente hay una caída en aquellas variedades tradicionalmente llamadas criollas (que vinificadas correctamente son variedades atractivas). Son muy pequeños producciones, pero eso da un indicativo de cuando las mal llamadas uvas comunes, cuando son bien elaboradas realmente resultan variedades nobles”.
S.S Cuanta prensa le han dado ¿no?, Especialmente en Chile y Argentina.
MB. “Sirven para ponerle valor a ciertas cepas tradicionales y originales. En el mundo también ocurre, particularmente en España. Lo que se busca es poner en valor cepas menos conocidas y cepas autóctonas que, cuando están bien elaboradas dejan de ser uvas comunes y se transforman en uvas nobles”.
S.S Marcelo, hay miles de grupos de fanáticos que se reúnen en casas para catar vinos, y uno muchas veces no conoce al dueño de casa, pero la tarjeta de presentación es una botella de vino. Y eso se está cada vez está escalando más; en un momento fueron las vinotecas, los restaurantes, pero hoy ya han ganado las casas de los enófilos. ¿Percibís eso en tus viajes, lo ves acá y también en el mundo?
MB. “Sucede en casa; no lo hablamos desde el punto de vista de catas técnicas sino con amigos, y familiares. El vino une y realmente creo que es una de las cosas que uno puede pasar tiempo hablando de él. De alguna forma hay que hablar no del punto de vista técnico, sino de lo sensorial, del disfrute, cuál gusta más, y el porqué gusta más.
S.S ¿Estas en tu casa, es viernes por la noche. ¿Qué estás tomando, qué vas a tomar hoy?
MB. “Estoy tomando un vino de Salta, un Don David Reserve Malbec Tannat”.
S.S ¿Lo haces habitualmente o solamente cuando llega el viernes, el sábado, o en familia el domingo?
MB “Todos los días. En la cena siempre tiene que haber una botella de vino”.
S.S ¿Hay una percepción fina de lo que pasa en el mundo en cada mercado? ¿Los vinos blancos realmente son una revolución?
MB. “Es así, tengamos en cuenta que los cambios en la industria del vino son pequeños pasos en el largo plazo. Pero sí, está habiendo un aumento en el consumo de blancos y de rosados; ese cambio no es revolucionario, pero uno va viendo la tendencia del consumo. Y después hay que cruzarlo con la situación de la pandemia, que todavía impacta. El consumo en la pandemia aumentó muchísimo. Muchos de los importadores pensaron que era un consumo de tendencia a largo plazo, y se estoquearon muchísimo. A medida que la pandemia empezó a bajar, quedaron con mucho stock de vino en su inventario y eso llevó a que compren menos vino. Por lo tanto, cayeron los despachos y las exportaciones en el mundo; ahora está empezando a recuperarse, así que mucho de esta caída en el consumo está impactada por el efecto post pandemia, y también por la inflación a nivel mundial. El consumo de alguna forma fue impactado por el incremento de la inflación”.
“Hay que ver con el tiempo cómo decanta esto, cuánto hay de caída del consumo real, y cuánto ha sido el stock post pandemia”.

S.S. ¿Vos crees que este cambio de preferencia es momentáneo? Quizás tenga que ver con esto que algunos empezaron a consumir más, pero también empezaron a elegir el consumo de vinos con menos graduación alcohólica, por ejemplo, los blancos y los rosados…
MB “Efectivamente, hay una tendencia del consumo de vinos más frescos, menos alcohólicos. Y cuando digo frescos muchas veces me refiero a vinos que tienen 14.5% de alcohol, pero son vinos frescos porque tienen una acidez rica que les da frescura”.
S.S ¿Nuestro Malbec se puede adaptar a esa tendencia?
MB. “Hay una ventana en la que uno puede cosechar en la parte más fresca del momento óptimo de cosecha. Pero tampoco nos podemos adelantar tanto porque aparecen verdes, aparecen taninos menos maduros. Uno dentro de la ventana de cosecha óptima se puede ir a la parte más fresca de esa ventana, pero siempre dentro de esa ventana óptima. Hay una tendencia al consumo de vinos más frescos con menos graduación alcohólica”.
“En el mercado externo, a partir de 10 u 11 dólares, empezamos a ver que el consumo de vinos aumenta en esos segmentos, y hacia abajo se mantiene sin incrementos o decrece algo. Hay una permutación en el consumo del vino, y hay muchas más compras online”.
S.S ¿Hay una importante cantidad del vino elaborado como desalcoholizado después?
MB. “Es así. Y hay niveles de desalcoholizados de 8% de alcohol. Tengamos en cuenta que un vino estándar tiene entre 12.50 y 14% de alcohol. El vino sin alcohol, no es vino”.
S.S La Organización Internacional del Vino está discutiendo si es vino. Va a ser una gran batalla que está dando en Europa principalmente ¿no?
MB. “Si, coincido. De todas formas, se habla mucho de vinos de cero alcóhol, o vinos de baja graduación alcohólica. Pero en realidad el consumo es muy incipiente; estamos hablando de lo que realmente sucede en el mercado”.
S.S ¿Qué es lo más que destacas del «Sagrado» Malbec, el ícono de Finca Las Moras?
MB. “Sagrado es un vino que tiene una frescura y una calidad de tanino que naturalmente te lo cede la uva en forma muy generosa; la extracción es muy suave, los taninos son muy sedosos, pero tiene una intensidad de color, una acidez muy fresca. Naturalmente resultan vinos muy modernos.

S.S ¿Germán Buk está con los blancos o también con los tintos? (Nota de la redacción: se trata del chief winemaker de Finca Las Moras).
MB. “Germán está trabajando conmigo en los viñedos; obviamente que sigue con los vinos de alta gama de Finca Las Moras, pero ahora está trabajando mucho en la parte vitícola. Empezó hace unos meses a manejar la parte viñedos”.
			
                                
		    
							

