Es esta época especial del año en la que nos reunimos para reflexionar sobre lo que nos ha dejado el camino recorrido, compartir momentos con nuestros seres queridos y, por supuesto, disfrutar de excelentes espumosos argentinos.
Argentina y sus espumosos: un mercado uniforme
Argentina tiene una amplia oferta de etiquetas y espumosos, pero pocos actores detrás de esta producción. Son pocas las bodegas que elaboran sus propios espumantes y menos aún las dedicadas exclusivamente a esta tarea. Además, hay pocos enólogos especializados en espumosos, una deuda pendiente para la industria.
Esta situación ha llevado a que grandes fábricas produzcan espumantes a fasón para la mayoría de las bodegas, lo que no es necesariamente bueno ni malo. Sin embargo, esto genera una marcada uniformidad en el mercado, donde la mayoría de los productos terminan siendo similares, con ejemplos tanto buenos como malos.
Volviendo a la época de fiestas, no nos referimos únicamente al tradicional descorche de este tiempo, a las fiestas, celebraciones y encuentros, ni a la nostalgia que surge por aquellos que ya no están. Se trata, en definitiva de un cierre y un comienzo: la bienvenida al nuevo año y el espumoso, para muchos, resulta ser el acompañante perfecto.
Las burbujas son, sin lugar a dudas, la categoría estrella cuando se trata de elegir un obsequio en el mundo del vino. Ya sea un espumante, Cava, Prosecco, champagne de alta gama o cualquier otra espumoso, vinotecas, supermercados y tiendas online renuevan su oferta en los meses previos, esforzándose por satisfacer una demanda que crece.
En lo personal, disfruto del vino espumoso en cualquier época del año; es una bebida que siempre encuentro como la más propicia para celebrar o simplemente para acompañar simples momentos. En contraste, mi consumo de vino tinto es bastante reducido, ya que prefiero la refrescancia y la vivacidad de los espumosos.
Por lo general, me inclino por dos marcas con un destacado portfolio de calidad. Entre mis favoritos están todos los espumosos de Cruzat, en especial el de reciente lanzamiento, Cruzat Finca Las Peñas, elaborado a base de Malbec. También destaco las excelentes opciones de Chandon, como el Brut Nature Rosé, por su equilibrio y elegancia, y el Baron B, que siempre cautiva con su carácter refinado.


Cuando puedo elegir, opto por el Baron B Heritage y el Millésime de Cruzat, dos joyas enológicas que, por su complejidad y exquisitez, elevan cualquier ocasión a una experiencia memorable.


Cuando llega la oportunidad de reuniones numerosas, cócteles o eventos informales, prefiero un espumoso sobrio y rico, como el Navarro Correas Extra Brut, que deleita sin complicaciones.

En los últimos años venimos escuchando hablar del Prosecco como el espumante líder en ventas en el mundo, su clave? Varias. Burbujas frutales y simples, precio súper accesible, ser un producto joven, supo aprovechar la moda del aperitivo y del spritz y ser “Made in Italy”.

Sin embargo, Italia no es solo Prosecco: regiones como Franciacorta, Trentino y su marca registrada Trentodoc y Alta Langa producen vinos fascinantes bajo el método tradicional al mejor estilo francés, con Pinot Noir y Chardonnay como variedades y un mínimo de 15 a 60 meses sobre lías. Pude probar muchos ejemplares de calidad excepcional, complejos con gran estructura y potencial de envejecimiento.
En definitiva, ya sea un elegante Champagne, un refrescante Prosecco, un vibrante Cava o un espumoso local, estas bebidas aportan frescura, alegría y sofisticación a cualquier encuentro. ¡Que nunca falten las burbujas para acompañar nuestras fiestas y alegrar los momentos más especiales! Brindemos y celebremos con buenos espumosos. 🥂✨
Por: Marcelo Chocarro