En nuestro país los niños que tienen a partir de siete años de edad tienen menos posibilidades de encontrar una familia porque las parejas en general buscan adoptar bebés menores de un año. La problemática con los grupos grandes de hermanos, o quienes incluyen a algún integrante con discapacidad es aún mayor.
“Los niños grandes tienen el mismo derecho que cualquier niño a ser adoptados y a crecer en una familia que los contenga y los acompañe, que les permita ver que pueden ser lo que deseen ser”, cuenta Víctor Sajoza, de 54 años, padre de seis hijos adoptivos mayores de seis años. Él y su marido, Jorge Elías, de 53 años, hace dos años tomaron el desafío de adoptar a media docena de hermanos de entre siete y 12 años oriundos de la provincia de Salta.
Víctor y Jorge están juntos desde hace 24 años y se unieron en matrimonio en junio de 2011. “Creo que si hubiéramos pensado en nosotros no lo hubiéramos hecho nunca. Pensamos más en ellos. El miedo más grande era a no funcionar como familia, el rechazo de ellos o a algún nubarrón que generase entre nosotros un chispazo y dijéramos ‘hasta acá llegamos’. Por suerte, no sucedió”, dice Jorge.
El bajo interés en ma adopción de niños y adolescentes
Sgún datos de enero del 2024 de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (DNRUA), que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, en Argentina hay 1.718 expedientes abiertos por personas interesadas en la adopción de niños, niñas o adolescentes. Sin embargo, sólo uno de cada cien personas anotadas está dispuesta a recibir un niño adolescente.
“Seguramente será más rápida la convocatoria por parte de los jueces a quienes se hayan inscrito para adoptar a niños mayores de seis años, por ser estas las edades con menos personas inscritas”, indica Agustina Olmedo, secretaria general del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba, a cargo de la oficina de Coordinación en Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar, Género y Penal Juvenil.
Una historia emotiva y esperanzadora
Jorge Elías es productor de seguros y Víctor Sajoza, profesor de Francés en la Universidad Nacional de Córdoba. La vida les cambió por completo aquel día de julio de 2021 en Córdoba cuando escucharon por televisión la convocatoria pública para la adopción de seis hermanos que pedían permanecer juntos.
Los hermanos fueron separados dos veces de su hogar debido a problemas intrafamiliares. En la última de ellas, en 2019, la Justicia ordenó el distanciamiento a pedido de los propios chicos. A partir de allí vivieron en una casa-hogar.
Elías y Sajoza, conmovidos por el pedido de los niños de mantenerse juntos, se contactaron con el juzgado de Salta. A los pocos días fueron convocados para una “entrevista de despeje”, siguieron con más trámites y los tests psicológicos hasta que llegó la audiencia para otorgarles la guarda de vinculación.
En el mes de octubre la patrocinante de los niños le entregó a la pareja unos dibujos hechos por los chicos donde los imaginaban musculosos, a uno calvo y a otro con melena, diciendo: “Papás ya los queremos conocer”. “En ese momento, lloramos todos: nosotros, la jueza, los miembros de los equipos técnicos”, relata Jorge.
Los hermanos son: Zoe, de siete años; Gonzalo, de nueve; los gemelos Valentino y Benjamin, de diez; Luana, de 11 y Tiziano, de 12. Ellos habían faltado a la escuela y se habían escondido en la casa para que Jorge y Víctor jugaran a encontrarlos. “Cuando abrimos la puerta no aguantaron y salieron todos corriendo a abrazarnos. Fue muy fuerte”, relata Elías.
La guardia de adopción se las entregaron el 13 de diciembre de 2021 y nueve meses después la adopción definitiva. El 17 de diciembre de aquel año llegaron a Agua de Oro, a la casa que los Elías-Sajoza estaban construyendo para vivir con toda su nueva gran familia.
“Fue la primera Navidad en familia. Fue lindo e intenso. Bravo al inicio, éramos muchos para organizarnos con el tema de comida, con los baños porque no teníamos terminada la ampliación. No conocíamos ni qué les gustaba”, recuerda Jorge.