El pasado fin de semana, el predio municipal de Malvinas Argentinas se vio colmado de público en una nueva edición del Encuentro de Productores Vitivinícolas bonaerenses, que ya se consolida como cita obligada para los amantes del vino y la gastronomía local.

Novedades en copa
La sorpresa llegó de la mano de nuevos productores y proyectos que apuestan a estilos no tradicionales. Vinos naranjos y variedades menos difundidas como Marselan y Mourvèdre marcaron el pulso innovador de la jornada.
Entre las incorporaciones se destacaron Nueva Corinema, Media Hectárea y Labory Wines, que anunció la ampliación de su propuesta desde el Valle de Uco hacia un nuevo proyecto en Zárate, con plantaciones de Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Malbec. En un predio contiguo, la bodega ya cuenta con una fábrica de cerveza artesanal, sumando diversidad a su propuesta.

Más allá del vino
La feria también se enriqueció con otros sabores de la provincia: los quesos de Piedras Blancas, llegados desde Suipacha, y la presencia de productores de aceite de oliva del sudeste bonaerense, liderados por Nobles Caciques, que sorprendió al presentar variedades como Arbosana y Koroneiki en su portfolio.
Un público ávido de historias
El gran marco de visitantes demostró el creciente interés por conocer las historias detrás de cada etiqueta. Enófilos y curiosos se acercaron a conversar con los elaboradores, confirmando que los vinos bonaerenses —en expansión constante— ya no son una rareza, sino una realidad con identidad propia.
Presencia federal bonaerense
Participaron más de 20 bodegas y proyectos que representan la diversidad de suelos y estilos de la provincia, entre ellas: Al Este, Saldungaray, Trapiche Costa & Pampa, Myl Colores, Cámpora Wines, Finca Las Antípodas, Sante Vins, Gamboa, Media Hectárea, Nueva Corinema, Zárate Wines, La Blanqueada, Dos Ramírez, Castel de Conegliano, Malena Wines, Cooperativa de Berisso, Nietzel Wines y Labory Wines, entre otras.


Con más de 60 proyectos productivos y 500 hectáreas plantadas, Buenos Aires se posiciona cada vez más fuerte en la escena vitivinícola argentina, con una propuesta enoturística que gana terreno y despierta el interés de consumidores cada vez más exigentes.

Por Marcelo Chocarro