En una medida que busca salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial del país, el inventario del gobierno, que es el resultado de la ratificación de la Convención de la UNESCO de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, promete brindar un reconocimiento largamente esperado a las tradiciones que están en el corazón de la identidad británica, incluidas aquellas con profundos vínculos con el sector de las bebidas.
La diversa historia de las prácticas culinarias del Reino Unido, en particular sus bebidas, ha sido durante mucho tiempo motivo de orgullo nacional. Desde la destreza escocesa en la elaboración del whisky hasta los rituales en torno al té de la tarde inglés y el hidromiel galés, el anuncio de un inventario oficial sin duda tendrá implicaciones para la producción, la comercialización y la reputación global de estas prácticas ancestrales.
Una celebración de la herencia de las bebidas
A primera vista, la inclusión de «prácticas culinarias» en las siete categorías de nominaciones podría parecer más centrada en la comida que en la bebida. Sin embargo, como ha demostrado la historia, las bebidas británicas forman parte del tejido culinario tanto como la comida que asociamos con estas tradiciones. El concepto de «prácticas culinarias» tiene amplias implicaciones, que incluyen el arte de destilar, elaborar cerveza e incluso el maridaje de vinos.
Tomemos, por ejemplo, la ginebra, que ha experimentado un resurgimiento en los últimos años. Su arraigada historia en el Reino Unido, desde su estilo London Dry hasta las variedades regionales de todo el país, podría ser reconocida. Una designación formal de la ginebra como parte del patrimonio vivo del Reino Unido podría ayudar a proteger tanto las recetas tradicionales como los métodos de producción de las amenazas modernas, incluidas las imitaciones producidas en masa que podrían diluir el carácter distintivo de la ginebra británica.
De igual manera, el tradicional arte cervecero, ejemplificado por cervezas como las ales de barril, las bitters y las porters, ha formado parte de la cultura británica durante siglos. El inventario podría servir de plataforma para que las pequeñas cervecerías eleven su arte, garantizando así la preservación de estas prácticas ancestrales para las generaciones futuras. El diálogo nacional en torno a las técnicas cerveceras tradicionales también podría fomentar la inversión en la preservación del patrimonio y la innovación dentro del sector.
El impacto de las tradiciones locales en las bebidas
La posibilidad de que tradiciones locales, como el arte de la elaboración de sidra en el West Country o las renombradas destilerías de whisky escocés de Speyside, obtengan reconocimiento oficial podría tener varias consecuencias tanto para productores como para consumidores. Por un lado, podría impulsar significativamente las economías locales, con un aumento del turismo vinculado a estos sitios patrimoniales. Las destilerías podrían experimentar un aumento del interés, no solo por parte de los entusiastas de las bebidas de todo el mundo, sino también de los turistas culturales deseosos de descubrir la historia detrás de cada botella.
Además, el reconocimiento cultural de las bebidas tradicionales también puede traer una nueva ola de orgullo y autenticidad a la industria de las bebidas. Los consumidores, especialmente aquellos preocupados por la procedencia y la sostenibilidad, buscan cada vez más productos que ofrezcan una conexión más profunda con la cultura y el patrimonio local. Al promover sus tradiciones más queridas, las comunidades locales podrían garantizar que sus bebidas reciban el reconocimiento que merecen y sigan prosperando en un mercado global cada vez más competitivo.
Reconocimiento global y oportunidad comercial
Con la posibilidad de que las tradiciones de bebidas del Reino Unido sean reconocidas oficialmente por un organismo global como la UNESCO, el sector de las bebidas podría experimentar un repunte del interés internacional. Después de todo, la larga relación del Reino Unido con marcas como el whisky escocés ya le ha otorgado una sólida reputación internacional. El reconocimiento oficial podría aportar tanto profundidad histórica como relevancia contemporánea, fortaleciendo la posición del Reino Unido en el mercado global de bebidas.
Sin embargo, este nuevo nivel de reconocimiento también introduce un nivel de escrutinio que no siempre es favorable. A medida que más productores artesanales compiten por un espacio en el inventario, podrían surgir dudas sobre qué constituye «auténtico» y «tradicional». Las marcas deberán encontrar un delicado equilibrio entre celebrar su herencia y asegurarse de no verse limitadas por ella, especialmente a medida que las generaciones más jóvenes de consumidores comienzan a redefinir lo que valoran en sus bebidas.
Una plataforma para la innovación
Un beneficio potencial de este nuevo inventario reside en la oportunidad que ofrece para la innovación dentro del contexto de la tradición. A medida que la industria de las bebidas celebra sus raíces, surgen nuevas interpretaciones de antiguas recetas y métodos de producción. El éxito de las pequeñas destilerías y cervecerías artesanales se puede atribuir a la disposición tanto de consumidores como de productores a adoptar la innovación, manteniéndose fieles a su tradición.
Por ejemplo, el vino espumoso inglés, que ha alcanzado reconocimiento internacional en los últimos años, es un excelente ejemplo de la fusión entre tradición e innovación. Si bien la viticultura en el Reino Unido tiene siglos de antigüedad, los productores modernos han logrado avances impresionantes en la creación de vinos espumosos de primera clase que reflejan tanto el panorama cambiante de la vinicultura británica como la larga historia vitivinícola del país.
El reconocimiento oficial de las bebidas tradicionales como parte del patrimonio vivo del Reino Unido podría brindar nuevas oportunidades de marketing, impulsar las economías locales y asegurar el futuro de bebidas emblemáticas. Sin embargo, a medida que crece la lista de tradiciones reconocidas, la industria también deberá gestionar con cuidado las tensiones entre la preservación del patrimonio y la libertad creativa que ha impulsado el resurgimiento de la industria de bebidas del Reino Unido.
Fuente: thedrinksbusiness.com
Por James Bayley



