En una jugada que sacudió los cimientos del vino argentino, Juan Pablo Murgia, uno de los enólogos más premiados y respetados de la nueva generación, se incorporó al equipo técnico de Rutini Wines, una de las bodegas más icónicas del país. La noticia fue confirmada en junio y rápidamente catalogada como “el pase del año” por medios especializados, analistas y referentes del sector.
Con apenas 39 años, Murgia ya fue distinguido como Enólogo del Año por la guía Descorchados y por Tim Atkin MW, y nominado por Wine Enthusiast como Mejor Enólogo del Mundo en los Wine Star Awards. Su recorrido enológico incluye proyectos innovadores y sustentables como Otronia Patagonia y Bodega Argento, donde lideró una vitivinicultura orgánica de precisión, con foco en la biodiversidad, el suelo y la identidad de los micro-terruños.
“Estoy profundamente agradecido por el camino recorrido y entusiasmado por esta nueva etapa junto a Rutini. Es una casa con historia, con excelencia, pero también con ganas de innovar y mirar hacia el futuro”, señaló Murgia tras el anuncio.
El arribo de Murgia no significa un reemplazo sino una coexistencia estratégica con el histórico Mariano Di Paola, director enológico de Rutini desde 1994 y figura central del clasicismo mendocino. Esta dupla representa un puente generacional entre tradición y modernidad, experiencia e innovación.
“La llegada de Juan Pablo representa una renovación desde el conocimiento y el compromiso con el vino argentino. Su sensibilidad enológica y su visión global enriquecen nuestro proyecto”, expresó Di Paola.

Desde Rutini también destacan que esta incorporación es una “declaración de intenciones”: posicionar a la marca de cara al siglo XXI, manteniendo su calidad de siempre pero integrando prácticas sustentables, perfiles frescos y una comunicación más conectada con las nuevas generaciones de consumidores.
¿Qué cambia?
Rutini apuesta por una enología más transversal, conectada con las prácticas orgánicas, la diversidad climática y la trazabilidad de cada parcela.
Juampi aportará su experiencia con climas extremos como Sarmiento (Chubut) y su enfoque sobre el vino como reflejo vivo del ecosistema.
El mercado internacional observa con atención este movimiento: vinos íconos como Apartado Gran Malbec, Antología o los nuevos proyectos del Valle de Uco podrían mostrar una evolución estilística en las próximas cosechas.
Un movimiento de alto impacto
Esta noticia no solo marca un antes y un después en la historia de Rutini Wines, sino que confirma la madurez del vino argentino como industria: capaz de retener talento, combinar legados, y proyectarse al futuro con identidad, profesionalismo y creatividad.
Por Marcelo Chocarro